TAQUICARDIA
Cuando la frecuencia cardiaca es mayor a 100 latidos por minuto se considera el término de Taquicardia.
El corazón funciona como un sistéma de bombeo de sangre a todo el cuerpo. Para activar esta función de bomba se necesita un impulso eléctrico que genere la contracción del musculo cardiaco.
En todo el corazón existen células con la capacidad de formar o de conducir la electricidad necesaria para cada latido.
Normalmente todos tenemos un grupo de celulas en donde se inicia el impulso electrico y que además es el que marca el paso en el ritmo y en la frecuencia cardiaca.
El nodo sinusal (NS) se considera el marcapaso natural del corazón y es allí en donde se genera el impulso eléctrico para después transmitirse al sistema eléctrico en todo el corazón con lo cual se genera la contracción del musculo cardiaco.
El nodo sinusal tiene la propiedad de aumentar la frecuencia cardiaca de manera apropiada a situaciones de estrés o liberación de adrenalina. Como sucede normalmente en el ejercicio, en este caso el incremento de la frecuencia cardiaca debe ser paulatino y con disminución gradual hasta llegar a la frecuencia cardiaca de reposo.
Existen multiples causas para que el corazón se acelere y se origine una taquicardia sinusal, Entre las más frecuentes podemos considerar el uso de sustancias estimulantes (café, te, chocolate), medicamentos antigripales y drogas como la cocaina.
Por otro lado la taquicardia sinusal, puede ser una respuesta del organismo a cambios en otros organos o sistemas del cuerpo, como es el caso de la fiebre, la anemia y frecuentemente el mal funcionamiento de la glandula tiroides.
El tratamiento para la taquicardia sinusal deberá de centrarse en corregir o restaurar la enfermedad que la produce.
Cuando no existe un motivo fisiológico para el incremento de la frecuencia cardiaca, o si la taquicardia inicia o termina abruptamente, el paciente deberá valorarse por un Especialista en Ritmo Cardiaco.
La taquicardia puede generarse en la parte superior del corazón (aurículas), o en la parte inferior (ventrículos). En ocasiones la alteración eléctrica involucra tanto a las aurículas como a los ventrículos.
Con base en esta descripción las taquicardias se clasifican en supra-ventriculares o ventriculares y ambos tipos de taquicardia pueden ser regulares o irregulares.
La rapidez o frecuencia del corazón puede ser desde 100 latidos por minuto y llegar en ocasiones a más de 300 latidos por minuto.
Con un pulso tan rápido el corazón no puede mantener una adecuada oxigenación en el cuerpo lo que genera un riesgo muy para el paciente. Este riesgo es diferente en cada tipo de taquicardia y en cada paciente.
Sin embargo es muy importante restablecer el ritmo a la brevedad considerando que cada arritmia o taquicardia implica riesgos como la falta de oxigenación cerebral, o la muerte.
Las taquicardias supra-ventriculares pueden producirse por un marcapaso extra en las aurículas (taquicardia auricular) (imagen).
Este tipo de taquicardias tambien pueden ser generadas por la existencia de vías accesorias, como es el caso de un fascículo de Kent.
Este tipo de vías accesorias forman un circuito eléctrico, por el cual existe una vía que lleva la electricidad y otra que la regresa, cual provoca una taquicardia incesante.
El ejemplo más conocido de las taquicardias por una vía accesoria, es el síndrome de Wolf-Parkinson-White, en el cual la actividad eléctrica estimula a los ventrículos por una zona anormal y el impulso eléctrico regresa a las aurículas por el tejido normal de conducción. (imagen).
Existen múltiples medicamentos para disminuir la intensidad de las taquicardias o para prevenir que estas se originen. Estos medicamentos tienen una eficacia limitada, y se considera que son el tratamiento de mantenimiento o paliativo para las arritmias. El paciente deberá de tomarlo por un tiempo indefinido para evitar los riesgos de una taquicardia.
La ablación es tratamiento definitivo o curativo de las taquicardias. Para llevarla a cabo, es necesario realizar un estudio electrofisiológico para encontrar el sitio de origen de la taquicardia o la vía accesoria anormal. Este procedimiento se considera de mínima invasión, se realiza con anestesia local. El sitio más frecuente de abordaje es por las venas de la ingle y desde ese lugar se colocan catéteres o cables eléctricos en el corazón.
Estos catéteres específicos de electrofisiología, nos permiten conocer las propiedades eléctricas de los tejidos en todo el corazón. Localizar el tejido enfermo y tratarlo o curarlo.
Al localizar el tejido anormal se coloca un catéter especial para la ablación. Este catéter permite calentar o enfriar el tejido anormal e interrumpir la electricidad en dicho sitio (ablación cardiaca).
Los resultados son muy alentadores dado que se tiene una certeza de curación mayor del 90 % de los casos.